VII

ENTRA HELENA. SE ACERCA A HECTOR. HECTOR DESPIERTA Y SE LEVANTA.
HELENA: Tienes que ayudarme. Me persiguen.
HECTOR: Era sólo un sueño, no te alarmes.
HELENA: Me llamo Helena. Sé que no me conoces, pero recibí tu señal en la red y me pareciste una persona confiable. (LO MIRA BIEN) Además eres más guapo que la digitalización. ¿No me traicionarás?
HECTOR: ¿Por qué habría de traicionarte?
HELENA: Otros lo han hecho.
HECTOR: No me hables de otros, por favor. Dame nombres.
HELENA SE SIENTA, ESTA TEMBLANDO. HECTOR TRAE UNA MANTA Y LA CUBRE.
HELENA: Mi novio descubrió que tenía una relación virtual con un tipo en Australia.
HECTOR: Y tu novio es celoso. Virtualmente hablando, claro.
HELENA: Peor que eso, es… mafioso.
HECTOR: Te dijo que lo mataría.
HELENA: (LLORA) Sí. Y estoy segura de que lo hará. Es capaz de todo.
HECTOR: ¿Y el australiano qué dice?
HELENA: Se ha desconectado, no sé nada de él. Además me falla la memoria ram.
HECTOR: Entonces no lo hallarán, despreocúpate. Los australianos son muy astutos. Vi todas las películas de Cocodrilo Dundee.
HELENA: ¿Era Australiano?
HECTOR: Creo que sí, o de Sudáfrica. Da igual.
HELENA: Puede ser, pero te aseguro que Jack es capaz de encontrarlo. Tiene espías en todas partes.

ENTRA GUERRERO. TRAJE DE GANGSTER. EMPUÑA UNA PISTOLA.
GUERRERO: ¡Esa es mi chica!
HELENA: ¡No lo mates, Jack! ¡Puedo explicártelo todo!
GUERRERO: Conque tú eres el australiano ¿Eh?
HECTOR: (LEVANTA LAS MANOS) Le juro que no he visto un canguro en mi vida.
GUERRERO: (CARGA EL ARMA, NERVIOSO) No me cambies la conversación.
HELENA: Jack te lo ruego (SE LE ACERCA) Recapacita...
GUERRERO: (LE DA UNA BOFETADA) ¡Calla, perra!
(HELENA CAE. HECTOR CORRE HACIA ELLA. SE ARRODILLA A SU LADO)
Así los quería ver…El sebo y la rata se juntan tarde o temprano.
HECTOR: Eres un animal.
GUERRERO: Sí. Pero soy su novio y tú no. Además tengo la pistola...
(SE ACERCA A HECTOR Y LO APUNTA)…Soy el que manda.
HECTOR SE LEVANTA DE PRONTO Y LANZA UN MANOTAZO. LA PISTOLA VUELA POR LOS AIRES. EL Y GUERERO SE ENLAZAN EN LUCHA CUERPO A CUERPO. HELENA GATEA HASTA EL ARMA, LA TOMA Y SE INCORPORA. APUNTA, SIN ATREVERSE A DISPARAR.
DE UNA PATADA, GUERRERO PONE A HECTOR FUERA DE COMBATE MOMENTANEAMENTE.
HELENA: ¡No te muevas!
GUERERO: ¿Me vas a matar? ¿Y qué harás luego? No eres nadie sin mí.
HELENA: Justamente. Seré alguien.
GUERRERO AVANZA HACIA HELENA Y LE TOMA LA MUÑECA. ELLA DISPARA SIN HERIRLO. EL INTENTA APODERARSE DEL ARMA PERO ELLA LOGRA LANZARLA HACIA HECTOR, QUE SE LEVANTA Y LA TOMA.
HECTOR: ¡Suéltala o te mato!
GUERRERO: (CUBRIENDOSE CON HELENA, A QUIEN SOMETE CON UNA NAVAJA) ¡Miren al héroe! ¿Crees que disparar es tan fácil como hacer clic con el ratón de tu computadora? ¡Inténtalo!
HELENA SE AGACHA Y DA UN CODAZO EN ESTÓMAGO DE GUERRERO. ESTE PIERDE EL CONTROL POR UN MOMENTO Y ELLA SE ESCURRE. HECTOR DISPARA. GUERRERO CAE, MUERTO Y ENSANGRENTADO. HELENA LLORA HISTERICAMENTE.
LARGA PAUSA. HECTOR Y HELENA OBSERVAN EN SILENCIO EL CADAVER.
HECTOR VA HASTA LA NEVERA Y SACA DOS CERVEZAS. SE ACERCA A HELENA Y LE OFRECE UNA. ELLA LA TOMA.
HECTOR: Esta vez la cosa va en serio.
HELENA: Los celos lo cegaban.
HECTOR: ¿Y el australiano?
HELENA: Nunca hubo nada entre nosotros. Intercambiábamos recetas de cocina. Es gay.
HECTOR: Debiste decirlo antes. Ahora soy yo el que terminaré cocinado.
HELENA: Fue legítima defensa, soy testigo.
ENTRA MAGO.
MAGO: ¿Sí? (EN FISCAL ACUSADOR) Relate por favor los hechos del día 23 de abril. ¿Quién disparó el arma homicida contra el señor Jack...
HELENA: Jack The Knife.
HECTOR: ... Jack The Knife. Me suena.
HELENA: Viene de Mack The Knife. Es una canción... (TARAREA)
MAGO: Le agradezco que se limite a responder la pregunta.
HELENA: Bien. Yo estaba en la casa del acusado y...
MAGO: ¿Sí? ¿Y cómo explica su presencia en la casa del acusado?
HELENA: Fui allí en busca de ayuda.
MAGO: ¿Qué tipo de ayuda?
HELENA: (CONVENCIDA Y ORGULLOSA) La que un hombre de verdad pude darle a una mujer.
MAGO: (CARRASPEA) Entiendo.
HELENA: No. Creo que no entiende. Mi novio, es decir Jack, es decir el difunto, me perseguía para matarme.
MAGO: Ya veo. ¿Y por qué quería matarla?
HELENA: Porque pensaba que yo le era infiel con el acusado.
MAGO: Pero Ud. no le era infiel.
HELENA: En absoluto. Apenas si conocía al acusado.
HECTOR: Querrás decir que nunca lo habías visto.
HELENA: Sólo en un par de ocasiones. Nada del otro mundo... Hablamos de sueños y...
HECTOR; (FUERA DE SI) ¡Perra! ¡Me engañaste!
HELENA: (AL MAGO, QUE SE ALEJA Y SALE) No soportaré ese lenguaje, Su Señoría.
HECTOR: ¡Qué señoría ni que pájaro amordazado! ¡¿Quiere decir que fingiste todo?!
HELENA: No fingí. (CONFUNDIDA) Perdóname, es sólo que acabo de recordarlo.
HECTOR: Cuando recuerdes que me has involucrado en un homicidio, me avisas.
HELENA: Eres un ingrato. Traje vida y emoción a tu fría e insípida existencia y mira cómo me pagas.
HECTOR: (SEÑALA AL CADAVER) ¡Vida y emoción!
HELENA: (LLORA, MIMOSA Y FRAGIL) Desde que vi por primera vez tu video digitalizado quedé prendada de ti. Eras tan natural, tan tú, tan...
HECTOR: (REMEDÁNDOLA)... ¡Tan idiota! Te dijiste: “Al fin encontré al imbécil perfecto” ¿No?
HELENA: Tu falta de autoestima me aleja de ti. (SE DIRIGE A LA PUERTA)
HECTOR: (RECOGE LA PISTOLA) Eso sí que ni lo sueñes. No es hora de alejarse. Ahora estamos unidos para siempre. Hasta que el muerto nos separe.